
Cuando me diagnosticaron celiaca, una de las cosas más difíciles para mi fue dejar de comer pan. En ese tiempo, hace más de 12 años, en mi país no había pan libre de gluten. No era como hoy día, que en muchos lugares se encuentran diferentes variedades de panes libres de gluten, no solo en tiendas especiales, macrobióticas o mercados, sino hasta en las cadenas de supermercados nacionales se pueden encontrar opciones. Así que, para mí, dejar de comer pan era algo difícil. Sentía como que nunca más en mi vida iba a poder comer pan, y fue así por varios años. Una de las cosas que más extrañaba era un emparedado de pan baguette con tomate frito, ¡que delicia! Me encantaba.
Lo comí por primera vez en la casa de una amiga, hace muchos años cuando éramos niñas y hacíamos pijamadas, el desayuno al día siguiente era una clase de ritual y en su casa hacían este famoso emparedado, una vez que lo probé quedé enganchada de por vida.
Claro, en ese momento, después de que el médico me dijera que no podía volver a comer gluten, no estaba pensando en el emparedado y fue hasta un día que quise hacerlo que me di cuenta de que no podía. Y no podía enserio. No había panaderías libres de gluten, ni pan importado certificado, ni la variedad de harinas que se encuentran hoy día en el mercado. Solo tenía un pan con harina de arroz que era como comer arena de playa. Decidí improvisar y darle un nuevo aire a la receta, hoy la disfruto mucho y a pesar de que ahora si puedo conseguir pan libre de gluten la continúo haciendo de la misma forma.
Mi pan es ahora una tortilla de maíz, pero no solo la tortilla corriente, sino que además lleva queso derretido. Funciona de maravilla.
INGREDIENTES:
- Tortillas de maíz certificadas libres de gluten
- Tomates
- Queso para derretir libre de gluten (el de su preferencia, yo utilicé mozzarella)
- Tomillo y orégano secos
- Sal y pimienta negra
- Aceite de oliva extra virgen
PREPARACIÓN:
Para facilitar la preparación utilicé una plancha de cocina, para tener suficiente espacio para calentar y dorar las tortillas. Se ponen unas gotas de aceite de oliva en la plancha y se distribuye con papel toalla sobre toda la superficie. Se calienta la plancha y se ponen las tortillas por unos minutos a temperatura media. Se les da la vuelta y se pone el queso sobre el lado que está caliente y dorado. Se deja derretir y se cierran las tortillas por la mitad. Se sacan del fuego y se mantienen calientes envueltas en papel toalla. Se corta el tomate en rodajas gruesas y se ponen con aceite de oliva en la misma plancha. Se espolvorea el tomillo, orégano, sal y pimienta al gusto. Se les da vuelta y se terminan de dorar. Servir en un plato junto con las tortillas. En la mesa se abren las tortillas y se rellenan con las rodajas de tomate frito.
¡Espero que les guste!
Con cariño,