¿Navidad y las fiestas de final de año sin gluten? ¡No hay problema!
“Mientras unos ríen, otros lloran” reza el dicho de boca en boca. Y es que para algunos la Navidad y las fiestas de final de año son un momento perfecto para salir de la rutina y romper la dieta. Dulces y queques, galletas de jengibre y canela, pastel de manzana, ponche, pierna de cerdo y pavo, ensaladas con nueces, crocantes… que tortura, ¡esto es extenuante!
Mientras muchos disfrutan de estos momentos agradables sin mayor preocupación, para otros es causa de estrés y hasta disgusto. Estoy hablando de los celiacos, alérgicos y sensibles al gluten.
En esta época hay que extremar cuidados, ya que los eventos sociales, reuniones familiares y las fiestas con amigos se pueden complicar para nosotros.
Genera mucho estrés y ansiedad pensar en todas las cosas que no podemos comer y a veces implica hasta el desarrollo de un plan tipo “Misión Imposible” solo para lograr superar una fiesta.
No están solos.
A través de los años, puedo decir con seguridad que me ha pasado casi de todo para estas fechas. Algunos años me ha ido muy bien, otros no tanto. En algunas ocasiones la fiestas me tomaron desprevenida y sin organización. En años anteriores he llevado y preparado excesos de comida libre de gluten, cosas que tal vez en el momento no pude ni sacar de la lonchera o cartera y que en definitiva no me sirvieron.
Después de tantos años de estar perfeccionando el arte de llevar un estilo de vida libre de gluten, para la época de la Navidad y final de año he llegado a algunas conclusiones que quisiera compartir con ustedes:
1. Tratar de categorizar o clasificar los eventos.
¿A qué me refiero con esto? Por ejemplo, si se trata de un evento familiar es probable que podamos llevar algo más relajado de comer, es más, podríamos hasta recibir ayuda de nuestros familiares.
Otro ejemplo, si se trata de un evento empresarial, o de la compañía, recomendaría llevar de comer algo práctico y discreto para no desentonar con la reunión. En algunas ocasiones, dependiendo de la hora y estilo del evento se puede hasta comer en casa para no pasar tanto estrés y ansiedad en el momento de la fiesta y llevar algo de “picar” solo para controlar ese impulso de comer algo.
¿Qué podemos hacer si fuera un evento elegante y sobrio? Recomiendo llamar con antelación y preguntar por el menú que se va a servir, explicando que somos celiacos o “alérgicos a muchas cosas” (que a veces es una frase que uso para no entrar en mucho detalle) y que vamos a preparar el mismo menú en casa para llevarlo al evento listo solo para servir. No sientan vergüenza, no dejen de hacer esto por temor o por sentirse extraños. Es más común de lo que se imaginan y las personas generalmente son amables y entienden la situación.
2. Prepararse para los imprevisibles/alternativas.
Algunos estarán pensando: no todo puede planearse. Por eso como habla el artículo Comida de Emergencia siempre tengo un as bajo la manga. Son algunas cosas que sé que funcionan, que nunca me fallan. Casi todas son del tipo snack y me sacan de apuros. Además, pueden llevarse con facilidad en la cartera y nos resuelven la vida en situaciones que no podemos anticipar. Algunos ejemplos: tostadas de maíz empacadas individualmente, una fruta como manzana o pera que nos hacen sentir satisfechos, bizcochos, etc.
3. Tener algo delicioso en la cartera.
Cuando el estrés y la ansiedad se apoderan de nosotros no podemos pensar con claridad y muchas veces terminamos cometiendo errores y comprometiendo nuestra salud por no saber cómo actuar o a cuál táctica recurrir. Lo mejor que podemos hacer: tener al alcance algo que nos guste mucho. Algo que con solo un mordisco nos pueda relajar y hacer sentir reconfortados. Podría ser chocolate negro, almendras, arándanos, dátiles, jamón serrano en lonjas, uvas. No importa que sea, mientras sea algo que nos guste mucho y que podamos llevar a todas partes.
4. No confiarse con las bebidas.
Es mejor llevar lo que nos vamos a tomar. Suena extremo, pero la verdad es que no sabemos cómo preparan las bebidas que se van a servir, ni mucho menos su manipulación. Por ejemplo, una sangría puede hacerse de muchas formas y dependiendo de sus ingredientes podría tener o no gluten. Me ha tocado pasar malos ratos por esto. Tampoco podemos saber cuáles bebidas estarán a disposición, así que mejor llevar lo que vamos a tomar. Ya sea un vino, o zumo de frutas, una soda, según la ocasión. Es triste cuando nos preocupamos y esforzamos por la comida y nos olvidamos de la bebida. Que no los agarren desprevenidos como a mí.
5. Lo que nos ayuda a sentirnos mejor.
Suena muy obvio, pero a veces fallamos en este punto. Por estar pensando en la comida, en lo que vamos a tomar, en lo que tenemos que transportar y en todo lo demás, se nos olvida llevar algo por si las cosa salen mal. No es que sea pesimista, todo lo contrario, soy precavida y me hace sentir muy positiva y segura tener las cosas que necesito. Por ejemplo: una pastilla que nos ayude con el dolor, un aceite esencial que nos hace sentir mejor y levanta nuestro ánimo y espíritu, una botella a la que se le puede poner agua caliente para ayudar a aliviar el malestar. Son algunas ideas. Cada cual tiene su remedio.
Para concluir, en Navidad y las fiestas de final de año la clave está tanto en identificar las cosas que nos funcionan como las que no nos funciona. No me canso de decirlo, la preparación y la organización muchas veces ganan la batalla. Y en este juego no queremos perder. No dejemos nunca las cosas a la suerte o al azahar no vaya a ser que por esta razón nos terminemos por enfermar, esta es una época para disfrutar, para gozar y para celebrar nuestro estilo de vida, que es sano, feliz, posible y en definitiva todo un arte.
Con cariño,