¡La Batalla Contra la Acidez!
Últimamente he estado batallando contra la acidez. Siento que es una carrera que voy perdiendo. Desde hace más de 12 años no tengo una acidez como ésta. Del tipo de me despierta por la noche y que no me permite concentrarme.
No estoy muy segura de cómo inició, pero sé que ahora no puedo tomar té (mi bebida predilecta), por lo que empecé a tomar café (mi segunda bebida predilecta), por lo que ahora no puedo tomar café del todo. Mi acidez decidió migrar del té al café, sin dejar de ocupar el espacio del té, por supuesto.
Otras bebidas y comidas han decidido seguir este patrón, por lo que ahora puedo agregar leche y pizza a la lista. Triste, muy triste, perder la pizza sin gluten es un golpe fuerte para mí. Se que es temporal, sé que no será para siempre, pero igual me duele.
Frente a la pérdida de casi todas las bebidas calientes que se puedan imaginar, he estado buscando soluciones. Pasar del té al café fue la primera solución.
“Cuando esto no funcionó pasé del café a la leche caliente y de allí partí por un rumbo de leche de almendras, de arroz y otras bebidas curiosas, por decirlo de alguna manera. Ninguna había funcionado. Hasta que descubrí ¡el agua caliente! con lonjas de jengibre.”
Resulta que el jengibre es muy bueno para atacar el malestar estomacal y con solo agregarle unas lonjas finas a una taza de agua puedo disfrutar de sus beneficios y al fin, sustituir mi bebida caliente por algo que me gusta.
De primera entrada me agradó sin azúcar, así que lo seguiré preparando de esta forma. Pero si les gusta un poco más dulce le pueden agregar azúcar, miel de abeja, o cualquier otro sustituto. Lo que les funcione mejor.
La idea es prepararlo suave, no utilizar demasiado jengibre porque puede llegar a ser irritante. Yo le agregué a una taza de agua caliente tres lonjas delgadas de jengibre, y ya está. Eso es todo.
Espero que les guste y que les sirva tanto como a mí.
Con cariño,